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jueves, 8 de febrero de 2018

LAS POLÍTICAS SOCIALES Y LA APERTURA DEL ESPACIO PROFESIONAL.

El "espacio profesional" es el conjunto de posibilidades de acción del Trabajador Social en función del "deber ser" profesional; definimos este "deber ser" como la realización de las actividades propias del Trabajo Social puestas en la óptica de un auténtico servicio a los sectores populares.
Quiroz y Osorio definen "el espacio profesional como el ámbito de trabajo y, al mismo tiempo, de posibilidades de logro que liberadamente conquista el Trabajador Social y sus aliados dentro de las políticas sociales y las instituciones específicas y que muestran un claro argumento a favor de los sectores populares.
Espacio profesional se configura en relación con dos elementos importantes:
·         El relacionamiento de las clases sociales expresadas en políticas sociales
·         La capacidad teórica y técnica con la que el Trabajador Social interviene en la administración de las políticas sociales.
a)      En la magnitud que los sectores populares incrementen sus demandas por beneficios sociales y que los Estados puedan dar respuestas a sus aspiraciones, en virtud de ello, se logrará la ampliación del espacio profesional sino este se reducirá si los sectores populares son reprimidos por un Estado que ignora sus presiones y necesidades.
Recientemente en la historia latinoamericana hay ejemplos de gobiernos que incorporan las aspiraciones populares y, al mismo tiempo, multiplican las posibilidades de acción profesional, enfocando a la reflexión sobre mejorar la calidad de la formación que se imparte en las Escuelas de Trabajo Social y se eleve la producción científica sobre la materia.
b)      La importancia de la formación teórica y técnica del Trabajador Social en la actualidad latinoamericana y habiendo comenzado a revisarse críticamente el proceso de reconceptualización, se manifiesta que existen aún Trabajadores Sociales con una formación deficiente, lo que ha generado profesionales con pocas posibilidades de decisión, con limitaciones intelectuales e inadecuación entre lo aprendido y la práctica.
En la práctica profesional contradictoria se generan tendencias; la primera, por hacer de esa práctica un instrumento de la institución; y la otra tendencia lleva a menospreciar la técnica por una teoría mal asimilada que, cuando se pretende concretizar, no encuentra su validación en el terreno.
Una y otra tendencia ha producido, sobre todo a partir de la década de los setenta, aquello que podemos nombrar la pérdida de identidad profesional. Expresándolo como pérdida porque el Trabajo Social latinoamericano en sus orígenes, y antes del proceso de reconceptualización, tenía identidad profesional; basada en valores morales propios del humanismo liberal y/o en una concepción de tipo religioso. En cuanto a los elementos constantes, son los que constituyeron el Trabajo Social históricamente; por un lado, han sido dados por su objeto de acción: "el hombre y sus necesidades"; éstas han variado en magnitud y dimensión de acuerdo con el grado de explotación al que han sido sometidos los sectores desfavorecidos.
El nivel macrosocial, definido a partir de la intervención específica del Trabajador Social, permitiría resolver con más claridad los interrogantes que se plantean sobre ese objeto de acción del Trabajo Social, el profesional no puede dejar de actuar satisfaciendo las necesidades apremiantes de los sectores sociales desfavorecidos, los cuales transforman la vida cotidiana del individuo carenciado en una situación dramática y difícil, agudizada por la crisis actual del sistema capitalista.
Para el Trabajo Social latinoamericano es un reto fundamental recuperar la identidad profesional, a través de una toma de conciencia de la realidad de las tareas que desempeña. En consecuencia, podemos concluir que la pérdida de la identidad profesional está íntimamente ligada con el tema del espacio profesional; la menor identidad profesional va acompañada de una disminución de la capacidad teórica y técnica del Trabajador Social, que va estrechando los espacios profesionales, aún en contextos socio-políticos favorables a su aplicación.  La identidad profesional del Trabajador Social tomara fuerza en la medida que acoja una postura científica y logre una preparación técnica aptas a las tareas que debe realizar en beneficio de los sectores sociales desfavorecidos.
Las posiciones "dogmáticas" que consideran que, en el sistema capitalista, no es posible ejercer la profesión en favor de los sectores populares; y también de la postura a-crítica tradicional que sostiene una pasiva aceptación de los fines impuestos por las instituciones ya que retardan ambas la administración de los servicios sociales y estrechan el espacio profesional, siendo arriesgado
Porque la primera lleva a no cumplir con responsabilidad el ejercicio profesional; y la segunda porque hace rutinaria y empirista la actividad del Trabajador Social.
Este tema finalmente concluye que la ampliación del espacio profesional gracias a la recuperación de la identidad profesional es un aspecto relevante a tener en cuenta para la configuración del "deber ser" de la profesión, para que existan Trabajadores Sociales con un perfil profesional satisfactoria que pueda responder ante cualquier demanda popular. 






Bibliografía


·         Arturo Fernandez, M. R. (s.f.). Políticas Sociales y Trabajo Social. Buenos Aires: HVMANITAS.



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